Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto se encuadra en la reconstrucción de una edificación perteneciente al Liceo María Auxiliadora que resultó gravemente dañada por el terremoto del 27/F. Ésta se ubicaba en la esquina enfrentada de la plaza de armas de Linares, Séptima región, en una posición relevante dentro de la ciudad.
La oportunidad de reconstruir en el mismo sitio permitió que junto con el edificio se propusiera reordenar un establecimiento que creció sin un orden programático aparente conforme a los años; De esta manera se concentró en el nuevo edificio todo el programa administrativo y curricular, antes disperso en el colegio, además de salas de atención de apoderados y el acceso principal al colegio, remplazando así un precario acceso y unas cuantas aulas, por un lugar con una condición más pública bajo las lógicas propias del lugar donde se inserta.
Por otra parte el edificio busca, a través de la arquitectura, hacer una lectura de los elementos emblemáticos próximos que pudieran influir en su resolución, donde un frontón de acero oxidado le hace frente a la pátina del ladrillo de la Catedral de la ciudad y, en el eje contrario, un muro vegetal de hoja caduca acompaña el verdor de la Plaza de Armas. La intersección de ambos frentes conforma un acceso en doble altura que acoge una imagen de la virgen transformándose en una suerte de gruta urbana.
Es así como la esquina se ha desmaterializado en el acceso con alero en doble altura, acogiendo al peatón y mediando entre la escala de la ciudad y la del liceo. Por otra parte se ha buscando continuar con los ejes de los pabellones existentes ocultando, de alguna manera, el trazado trapezoidal de la ciudad de Linares, que impide la búsqueda de ortogonalidad en el vértice. El acceso en doble altura a su vez penetra y cualifica el interior del edificio, creando múltiples vistas entre los distintos niveles y recintos, transformándose también en la antesala a la antigua capilla.
La solución también debía ajustarse a un presupuesto acotado por los fondos gubernamentales de reconstrucción adjudicados a la obra, para lo cual se eliminaron las faenas de terminación, haciendo que la expresividad de cada material en bruto, hormigón, acero y madera, junto con la concepción estructural del edificio, doten de atmósfera a la obra y con ello la imagen final.